Capitulo
1:
Me llamo Christina, soy una chica de piel tostada, los ojos
castaños al igual que mi cabello, recorriendo dulcemente mi espalda, soy de
estatura algo más baja de lo normal para mi edad. Vivo en uno de los seis
condados en los que se divide nuestro país, hoy cumplo dieciocho años, y mi
emancipación es inminente, aunque creo que estoy acostumbrada.
Mi madre desapareció hace unos años, todavía recuerdo su
dulce voz al cantarme y como acicalaba mi pelo para la escuela, hay veces en la
noche que sueño en que ella me espera frente al tocador con mi cepillo favorito
y siento una alegría inmensa, como una niña pequeña que recibe una recompensa,
y mi padre, se dedica a trabajar durante todo el día para sacarnos a Katie y a
mi adelante.
Katie, es mi hermana pequeña, es tan parecida a mi a su
edad, de piel morena y aterciopelada, de baja estatura y adorable, tiene sus
cabellos chocolates sobre sus pequeños y escuálidos hombros, mientras veo en mi
mente como siguen cayendo al suelo tras haber ido a la vecina para cortarle su
precioso cabello, ella solo tiene 10 años, pero parece más madura de lo que
debería ser, pero marcharme de su lado y dejarla con mi padre si decido marchar
de mi condado me aterra.
Mi padre se dedica al ámbito político, así que somos una de
las familias mejor posicionadas, siempre llega tarde a casa y yo me encargo de
todo cuando vuelvo de clases, lo que no sabía es que hoy, todo iba a cambiar.
-
Ya verás como en las clases te va mejor Katie-
Digo mientras la acompaño a sus clases.
-
Claro que sí Christina,¿Nos vemos a la salida?-
Katie pregunta sonriendo ampliamente mientras su hermana le acicala del todo en
la puerta de su clase.
-
Por supuesto que te recogeré, te lo prometo-
Sonrío y le acerco el meñique sin perder la sonrisa.
Katie le agarra el meñique con el suyo propio y sale
corriendo en busca de sus amigas.
Últimamente, parecía que la gente me esquivaba o me seguía
con la mirada, era tan extraño… nunca me miraba la gente, siempre pasaba
desapercibida, de momento, algo me llama la atención, era una especie de aviso,
pero de color rojo le daba un símbolo de urgencia, justo cuando me acerco con
la intención de descubrir cuál era aquella urgencia aparece una muchacha y me
agarra el hombro.
-
Christina, ¿No has visto el aviso?- Una chica de
pelo praliné y tez clara me mira con unos ojos profundos y preocupados.
-
Estaba a punto de leerlo Elisabeth,¿Qué ocurre?-
La miro y ella me hace una mirada cómplice.
Elisa y yo tenemos la misma edad, y nuestras familias se
habían conocido tras la emancipación, nuestras vidas cambian radicalmente si
marchamos a otro condado, y con ello sus relaciones familiares que se hacen
insostenibles y terminan por desaparecer, esa es la razón por la que no quiero
marcharme de aquí, no sería capaz de olvidar a Katie y a mis padres, sería incapaz
de olvidarles.
- Algo ha ocurrido, la
celebración se adelantó- La mira empezando a dibujar una sonrisa triste en su
rostro.
- Elisa, sabes que puedes
contarme,¿ Qué ha pasado?- Empiezo a levantar la voz y las miradas de todos,
incluso de los profesores que pasaba por allí se levantan hacia nosotros,
estaba empezando a preocuparme, mi padre no volvió anoche de trabajar y ahora
me decían que el día de la emancipación se adelantaba, eso indicaba que algo
pasaba, algo había ocurrido, algo le había pasado a mi padre.
- Tenemos que irnos, luego te
contaré- Susurra mirándome a los ojos que se encontraban llorosos inexpresivos
por el shock, arrastrándome hasta un pasillo en el que ya no había nadie debido
a la hora que era.
Cuando llegamos al pasillo aún no soy capaz de articular
palabra, sigo mirandola esperando a que hable mientras recuperamos el aliento.
-
Solo se que se ha adelantado el día de
emancipación, no he conseguido escuchar nada más, mis padres en mi casa no
mencionaron nada- Me mira a veces, solo cuando no mira a los lados para ver si
seguimos solas.
No se que decirle, solo se que
mis piernas han empezado a temblar, le he prometido a Katie que la recogería,
pero si la celebración es hoy no la volveré a ver, no podré volver a mirar sus
mejillas acariciadas por el sol mientras recojo su pelo para que luzca linda
ante mi padre cuando llega a casa, no volveré a ver a mi padre cuando llega a
casa, cansado y lleno de preocupaciones que solo podía contarme a mí, quizás
por eso no entendí por que se fue Melissa, era la mayor, era el hombro en que
mi padre se dejó caer tras lo de mi madre, la querían tanto...
-
Hace dos años pasó exactamente lo mismo, un
adelanto en las fechas- Digo mirando mis zapatos, sabía que fue hacía dos años
por que era la promoción de Melissa, mi hermana.
-
¿Hace dos años? Creía que hacía más...- Me mira
triste y cruza sus brazos, siempre se me olvida, pero su hermano también marchó
en ese mismo año, ninguno esperábamos que él fuera a irse del condado, yo no
llegué a conocerle en persona, pero por lo que dice Elisa de él es muy buen
chico.
Me sostiene el brazo y levanto la vista directa a sus ojos
intentando apartar las lágrimas de estos.
-
No va a pasar nada, te lo prometo, solo debemos
de acudir y hacer lo que nuestro corazón nos dicte –Sonríe mirándome, pero se
que ella solo lo hace para tranquilizarme y finjo una sonrisa que al parecer
por su expresión cree verdadera.
Vamos y terminemos ese momento de una vez- Salgo
del pasillo y sigo a los chicos que tienen mi edad hacia un auditorio tras unas
puertas gigantescas, voy a decidir mi futuro antes de lo previsto, no se si
haré bien o si fallaré y lo lamentaré el resto de mi vida, pero espero que no
sea el error más grave que haga, no lo espero, lo deseo.
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